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CABANES ALS ARBRES

Bienvenidos de nuevo a otro post de nuestras aventuras por el mundo. Hoy venia a contaros nuestra escapada a un hotel muy especial, una cabaña en un árbol.

El hotel en concreto se llama Cabanes Dosrius y se encuentra en el pueblo de Dosrius en Barcelona, aunque este tipo de hotel no solo se encuentra en este lugar, ya que hay otros repartidos por España (País Vasco o Extremadura).


Las cabañas son especiales porque no tienen un concepto de hotel moderno, ya que el recinto del hotel se encuentra en medio de la montaña y tienes que caminar durante un cuarto de hora (en nuestro caso) para llegar a la cabaña. Allí te explican las normas y peculiaridades de las habitaciones, igual que te advierten de los pequeños insectos y el movimiento que puede tener la cabaña. Además de darte un kit en una cesta de mimbre donde encontrarás linternas, focos y un walkie-talkie para poderte conectar con recepción en caso de peligro.

Después de dicho procedimiento de explicación, puedes entrar a la cabaña. La nuestra se encontraba a ocho metros del suelo y con vistas al valle.


La habitación cuenta con un balcón con dos tumbonas y una cuerda colgada donde te cuelgan la cena y el desayuno. Una vez dentro encuentras una cama de matrimonio, un sofá-cama, el tronco del árbol en medio de la habitación, que cruza la cabaña de abajo a arriba, una mesita de madera con muchas velas y cerillas, ya que no hay electricidad, ni agua corriente y por último un baño separado del resto con una pared de madera. En él te encuentras una pequeña pica con un espejo y una jarra de agua no potable para lavarte y un wc químico.


Las comidas tienen un horario establecido, la cena es a las nueve de la noche y el desayuno a las nueve de la mañana, ambos los encuentras colgados de la cuerda del balcón y pasan a recoger la cesta donde vienen los alimentos dos horas después.

La cena consta de un primero a elegir entre tres y un segundo también a elección del cliente, a parte de un postre y la bebida. En nuestro caso elegimos arroz con verdura de primero, costillas con salsa barbacoa de segundo y manzana de postre.

El desayuno en cambio está establecido pero bastante variado, en él encontramos leche, café, zumo de naranja, dos panecillos y embutido variado.


La noche en la cabaña es espectacular, ya que sobre las diez, en verano, ves el atardecer en el balcón con unas vistas increíbles y después de ello puedes observar un cielo lleno de estrellas. Una singularidad más del hotel es la tranquilidad que encuentras, ya que alrededor de la cabaña no encuentras nada.


Resumiendo, la escapada a la cabaña es recomendable cien por cien, aunque su precio no es barato pero merece la pena por la tranquilidad y la peculiaridad del lugar, sobretodo para celebrar un aniversario o día especial con tu pareja, ya que es un ambiente romántico de los que ya no quedan en el siglo XXI.




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